Sin título (para C.)

De chica escribía cartas. Y antes de eso, o sea antes de aprender a escribir, escribía cuadernos enteros haciéndome la que sabía, imitando lápiz sobre papel a los alfabetos que cundían a mi alrededor.
De adolescente pasé a los mails, maniacamente. Y de eso a esto pasaron años, algunos otros intentos de páginas y escritos y cosas que al final no resultaron.
A mi no me resulta inventar, cuentos o libros o cosas así, no.
Supongo que todo esto de escribir pasa porque cuando hablo no digo ni la mitad de lo que quiero o de lo que tengo o de lo que debería o esperan que diga.
El otro día le expliqué largamente, por escrito, a mi amigo Cristóbal todos mis esfuerzos a la hora de decir. Fue hace poco que le mandé ese mail. Unos días antes él me había mandado algo sobre los caprichos, los deseos y la autocensura (besos que no llegan a puerto, otros que no se pueden dar, cosas que no resulta decir, romances truncados, verdades que mejor que no).
Mi respuesta fue larga y hay cosas que supongo no les puedo contar a todos. La verdad es que al Cristóbal (tal vez ni él sepa esto) le he dicho huevadas que a nadie mas le he contado, o le he dicho huevadas que nadie mas me ha hecho contar, en fin….entre todo lo que le decía yo esa vez, le hablaba de mi esfuerzo por hablar, aparecer, enfrentarme.
Hace un año choqué mi auto contra un árbol. Me bajé, caminé, llamé a mi exnovio a que me fuera a recoger. Me salvé. Me bajé, caminé, y claro, las cosas cambiaron bastante desde ahí hasta lo que de a poquito empezó a venir después.
Yo tenía cosas que hablar. Estaba borracha con el auto roto entero, un exnovio amable que yo misma había decidido abandonar de forma dulce y triste pero callada y violenta a la vez.
Tenía cosas que decir. Besos que dar, secretos que nadie sabía.
Y ahí estaba, todo roto, todo adentro bien guardado, clausurado.
Tratar de hablar me cuesta. Sigo escribiendo cartas y cuando logro cruzar la barrera (mi barrera) saco la voz.
Le dije al Cristóbal que era mejor atreverse con lo que fuera. Lo he hecho este último tiempo (aunque hay cosas que irremediablemente siempre se escapan).
Hoy día dije algo importante. A veces, eso sí, las cosas importantes sólo le importan a uno.